Siran es imprescindible en la galaxia Margaux. Propiedad de la familia Miailhe, agente de vinos, desde 1859, Siran perteneció anteriormente a los abuelos de Toulouse-Lautrec. La quinta generación, representada desde 2007 por Édouard Miailhe, está actualmente a cargo y gestiona la finca. Nota: las botellas, hasta el paso de la antorcha a Edouard Miailhe, han sido ilustradas por la obra original de un artista.
Pequeño (25 ha) pero con un terroir excepcional, el viñedo de Siran se basa en suelos de grava y guijarros; peculiaridad del cru: una gran proporción de petit verdot (hasta un 15% en determinadas añadas) entra en la mezcla cada año. Color y longitud en boca más sostenidos resultan de esta variedad de uva. Trabajado de manera muy clásica, Siran se encuentra tanto en los viñedos como en las bodegas.
Los vinos de Siran son potentes y desarrollan intensos aromas de frutos rojos y negros. La crianza de 15 meses en barrica de roble confiere al vino una imponente estructura tánica que lo hace apto para largas crianzas.
Durante la revisión de la clasificación de Crus Bourgeois, que tuvo lugar en 2003, Siran logró el envidiado título de Cru Bourgeois Exceptionnel. Una distinción que ya no se aplica hoy por los llamamientos que llevaron a la anulación de esta clasificación, pero que da testimonio de la calidad de este cru, emblemático de la elegancia de los vinos Margaux.
Producidos en suelos arenosos y gravosos, los vinos de Siran son típicos de los Grands Crus de Margaux. Potentes y finos, logran un equilibrio entre taninos, fruta y acidez. Su variedad de uva es bastante original para la denominación: 46% Merlot, 40% Cabernet Sauvignon, 13% Petit Verdot y 1% Cabernet Franc.