Es la primera vez en su historia que el Premier Grand Cru Classé de Margaux marca una añada con un packaging único. Los motivos de la imaginación de esta etiqueta de gran elegancia son varios. Es sobre todo un homenaje a Paul Pontallier, que murió demasiado pronto en marzo de 2016, la añada 2015 es la última producida bajo su dirección. Esta edición especial es también la de la celebración de los 200 años de la arquitectura del castillo y la inauguración de las nuevas bodegas diseñadas por Lord Norman Foster. Finalmente, es simplemente una de las mejores cosechas en la historia de la propiedad.
De hecho, las condiciones climáticas de 2015 son características de muy buenas cosechas como las de 2005, 2009 y 2010. Las cosechas de tintos en Château Margaux tuvieron lugar del 18 de septiembre al 6 de octubre. El pequeño tamaño de las uvas y su piel más gruesa sugirió una concentración tánica muy alta. Este vino encaja en un contexto muy particular. 2015 es un año histórico, literalmente, en Château Margaux desde que la propiedad celebró tanto el bicentenario de la construcción de los edificios de la finca en 1815, como la inauguración de las nuevas instalaciones construidas o remodeladas por Norman Foster. ¡Es fácil imaginar cómo los equipos de Margaux soñaban con que 2015 fuera una gran cosecha! En cuanto a las mezclas, solo el 35% de la cosecha total se retuvo para el primer vino, un récord de severidad en una añada de este nivel. Como es habitual, Cabernet Sauvignon es la columna vertebral con el 87% de la mezcla; además de su concentración, su finura, este año tiene un vigor y una fuerza inusuales. Merlot no ha sido indigno, al menos en las grandes parcelas; entra hasta un 8% en el primer vino. Cabernet Franc (3%) y Petit Verdot (2%) también encuentran su lugar en esta mezcla tan elitista, confirmando que muy buenas añadas permiten, en general, que todas las variedades de uva expresen su propia genialidad. ¿Cómo situar el Château Margaux 2015 en relación con sus predecesores? Es una tarea ingrata y un poco en vano, sobre todo para las grandes añadas. Por supuesto que hay similitudes, semejanzas y también algunas diferencias donde no las esperamos ... Pero podemos evocar tanto la fuerza de 2005, la carne de 2009, la sutileza de 2010, y el encanto inimitable de Château Margaux.